El reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña difundido por todos los medios masivos de comunicación en febrero de 1990 ocultaba otra de las tantas verdades que nos fueron, son y serán escondidas al pueblo argentino a lo largo de la historia.
Entre los días 14 y 15 de febrero de aquel año los por entonces presidente y ministro de relaciones exteriores, Carlos Menem y Domingo Cavallo respectivamente, firmaron en la ciudad de Madrid (Ministerio de Asuntos Exteriores de España) una Declaración Conjunta en la que literalmente le regalaron al Reino Unido todo lo que ellos pretendían para finalizar el conflicto bélico propiamente dicho.
Más allá de que este “acuerdo” es totalmente inconstitucional, ya que la voluntad de declarar la paz o la guerra es pura y exclusivamente propia del Congreso (éste nunca analizo, y menos aún aprobó, ningún “tratado” del estilo), el gobierno de turno le entregó a Gran Bretaña los recursos económicos de pesca e hidrocarburos (FOTO) además de brindarles el “…derecho de controlar todos los actos de las Fuerzas Armadas de la República Argentina…”.
Todas estas adquisiciones que se hizo Inglaterra a costas nuestras nos permiten realizar una analogía con el Tratado de Versalles impuesto a Alemania luego del fin de la Primera Guerra Mundial y las consecuentes dificultades económicas a las que se debió enfrentar dicho país.
En conclusión, la guerra no se perdió en 1982, sino en un escritorio en 1990 y bajo la firma de Menem y Cavallo.
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jueves, 21 de junio de 2007
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